Sunday, July 02, 2006

La homofobia progre de la casposa Rigalt

El ultramoderno y admirador de La Terremoto de Alcorcón Roger -sobre gustos ¿no hay nada escrito? Bibliotecas enteras, querido; podrías pasarte por alguna de vez en cuando- comenta mi anterior post con una cita apócrifa de FJL, que Roger deletrea Lossantos -¡cuánto glamour!- sobradamente desmentida, y que todos esperamos poder escuchar algún día.

Pseudomodernas juntaletras y fans del cutre-lux de tres al cuarto aparte, me gustaría llamar la atención sobre la excrecencia homófoba que la sin par y bella Carmen Rigalt, esa musa posfranquista de los implantes dentales, evacua hoy en la última página del diario El Mundo.

Siento mucho la relevancia de los asuntos gays en mi bitácora, pero con la que está cayendo no tengo otro remedio. No pretendo ir de blogero libero-gay ni nada de eso, pero a veces es conveniente dejar algunas cosas claras y enfrentarse a las falsas sacerdotisas de la tolerancia, que cual madrastra de Blancanieves ofrecen manzanitas envenenadas a los incautos que se cruzan en su camino.

A lo que iba, en su sección Maruja, la gran dama nos hace saber que ella es ultraprogre porque conoce a una pareja de gays de Barcelona que ha venido a Madrid para la cabalgata del orgullo gay. De su incursión como observadora participante de la cultura homo, esta dicharachera comentarista ha sacado en claro tres cosas: 1. El depilado homo es diferente del hetero. 2. A los gays les encanta enseñar el culo. 3. A los gays les encanta disfrazarse de volantes, y a algunos les da morbo lo nazi. Igual que a los pacifistas de ETA-HB, añadiría yo.

¡Qué pena, Carmencita! No sabía que fueras tan carca, o que a estas alturas fueras por la vida de traviesa reporterilla del caca, culo pedo, pis. Si quieres parecer moderna y transgresora, más te valdría hacerte un lifting o quitarte esa dentadura tan políticamente incorrecta –es broma, en realidad siempre luces regia.

Más de una vez me he preguntado por qué la Rigalt padece esa curiosa obsesión por el gay con pluma, personaje recurrente de su contribuciones dominicales en El Mundo. Tal vez sea simplemente un caso de falta de talento, en cuyo caso lo de Carmen con lo homo es como lo de Javier Ortiz con la conspiración sionista por dominar el mundo: una chorrada para los que hace tiempo decidieron dejar de pensar y dedicarse al chascarrillo.

Otra posibilidad es que algún homo le robara el novio, algo que no sorprende a nadie -¡cuánta paciencia deben de tener algunos casados!- dado el talante funerario y agresivo de la señora. Así, el rencor y el odio se traducirían en una aparente simpatía consistente en retratar al objeto de resentimiento de forma caricaturesca, grotesca y siempre inofensiva.

Sin embargo, dudo que Carmen Rigalt carezca de talento o sienta algún tipo de resentimiento hacia los homosexuales. Ella es listísima y tolerante. Lo que sí exuda por todos sus poros es un gran y ultramontano desprecio -¿o tal vez miedo?- hacia todos los que no siguen sus reglas de lo de debe ser un gay: dicharachero, loquísima, transgresor, anti-intelectual –para usar el cerebro ya está ella- y colorista; y casi huelga decir, fiel seguidor de la política de ZP.

Quizá sea por eso que la simpatía que nuestra sagaz investigadora destila hacia las plumeras del orgullo gay contrasta con sus burlas hacia el juez Fernando Grande-Marlaska, en las que la señoritinga recurre a los más despreciables, reaccionarios y fachas estereotipos homófobos. ¿Hay algo peor que un homófobo ultra? Sí, una progre inculta y poco vivida, de esas que se preguntan por qué hay gays que insistimos en no dedicarnos a la peluquería, el diseño de interiores o a programar Cosmopolitan TV. Si Platón y Aristóteles levantaran la cabeza, seguro que te lo contarían. Como yo no puedo compararme con ellos, dejaré que sea Carmen, esa gran mujer, quien nos proporcione una respuesta algún día.

A la Rigalt le produce un grandísimo escándalo que un gay se pueda dedicar a la administración de justicia, y nos cuenta, en tono de broma, que Marlaska “salió despepitado hacia el orgullo gay” en cuanto Garzón tomo posesión de su juzgado el viernes pasado. Supongo que con algo menos de velocidad con la que ella corre hacia la peluquería cada vez que se encuentras una cana, aunque seguro que con algo más de celeridad con la que se compra una caja de laxante cada vez que engorda medio kilo (como dirías ella, “perdonen ustedes: si no puedo hacer coñas marineras sobre el lobby femenino, mal asunto”).

No contenta con eso –a las que son como tú se les suele desear que tengan hijos gays y que alguna vez tengan que leer comentarios como los tuyos- Carmencita acusa al juez de ególatra y vanidoso, y añade “¿imaginó él que los españoles suspirarían por verlo moviendo el esqueleto en lo alto de una carroza? Me temo que sí. Él se lo ha buscado”.

Por último, imagino que deseando que alguien le dé a ese marica indigno que prefiere los manuales de derecho, que es cosa de hombres, a los de corte y confección, que es a lo que todos los homos deberíamos dedicarnos según el nuevo catecismo progre, nos dice que si no le va bien en la Audiencia, Marlaska siempre tendrá Chueca.

Y si a ti no te va bien en el periodismo siempre habrá alguna escalera que limpiar, o alguna cabeza que lavar, querida Carmen –pero qué bromista soy. ¿Se imaginan el escandalazo que se armaría si yo dijera esto en serio?

En conclusión, que nuestra Carmencita Rigalt no habría tenido precio como columnista humorística en cualquier publicación italiana o alemana de los años treinta. Seguramente te habría encantado escribir, además de sobre gays, acerca de judíos, gitanos y demás. ¡Qué poco hay que rascar para encontrar una veta totalitaria, liberticida y facha en muchos de nuestros progres de cabecera! ¡Qué pena por ti, Carmen! ¿Se puede caer más bajo? La respuesta, el próximo domingo el la última página de El Mundo.

10 comments:

BGF said...

Me encanta.

Está claro desde hace tiempo que los progres aceptan el código de los viejos prejuicios, para luego hacer como que los vapulean; por supuesto defienden al gay (uf, qué cosa tan especial y altruista) siempre y cuando sea loca de la vida. Especialmente divertido lo de: "aparente simpatía consistente en retratar al objeto de resentimiento de forma caricaturesca, grotesca y siempre inofensiva". Es exactamente esto lo que pasa: defienden lo que ellos creen que es un gay: una persona perdida que tiene derecho a estar perdida entre carnavales de látex y british pop, un esperpento de nacimiento, un granito de arena en el lobby más divertido de la Tierra.

En fin, ¿cuándo seremos todos personas y no prototipos que sirvan para reforzar su concepción del mundo? Una concepción simple y vulgar basada en mentiras. Qué es sino un estereotipo.

Ignacio said...

Te he linkado el post

Libertymad said...

Tú si que eres divina, Berti. Como te dije una vez, aunque mal expresado, si no fuera gay te convertiría en mi musa, y te pediría una cita. Tus artículos son una auténtica lección de Teoría Política que alguien debería imprimir o al menos usar como antídoto contra la LOGSE. Al menos yo lo haré.

charlix said...

Brillante Libertymad.

Esto me recuerda a lo que han hecho los progres, tan modernos ellos, con María Dolores de Cospedal que, al ser madre soltera, han ido corriendo a "chivarse" al obispo para que se le ponga la Iglesia en contra.

Estos son los defensores de los derechos de las mujeres.

Bueno, otra diputada progre le deseó la muerte, así directamente.

BGF said...

Muchas gracias, Liberymad. Me encantó tu comentario, pero que conste que las citas amistosas existen (síííí!!! ). En fin, sobra decir que ya soy una incondicional y que voy leyendo tus anteriores posts. ¿Por qué no has aparecido antes?

Huber said...

Libertymad,

Me di cuenta de la catadura de la Rigalt cuando hace años, estando todavía el PP en el gobierno, escribió una de las columnas más repugnantes que he leido nunca: aparentemente la columna iba de que los perros de la ministra Ana Palacio ladraban por la noche y no dejaban dormir a sus vecinos, escándalo nacional, vamos. En realidad todo el artículo era pura tramoya para soltar esta frase "el piso que la Ministra Ana Palacio comparte con una amiga íntima".

Anonymous said...

Tu discurso me parece tan brillante que comentarlo en tres líneas me provoca la misma ansiedad que el examen de comentario de texto de la selectividad.
¡Qué directa y clarividente la frase "si pierdes tu hueco en el periodismo no te preocupes que siempre podrás fregar escaleras...!"
No caigo realmente en lo brutal del asunto hasta que pones semejante comparación. ¡Es exactamente lo mismo!
Que la indigación siempre nos motive. Que nunca lo haga el pesimismo.
Enhorabuena

Anonymous said...

Que Carmen Rigalt es homófoba es sabido hace tiempo, de lo que no tenía noticia es que fuese "progre", pero aunque lo fuese caes en lo mismo que criticas, dices que todos los progres actúan de una determinada forma, te comportas con ellos igual que Carmen Rigalt hace respecto a los gays.

Anonymous said...

Menos mal que todo es en broma, querido, porque estarías en el trullo... Yo sé lo que le falta a la doña... y tú también!

Anonymous said...

Sencillamente genial. Hay que desenmascarar a estas totalitarias de peluquería. Si la Rigalt pudiera, nos gaseaba a todos los gays. Destila bilis por tos sus poros.